Viajar en el Venice Simplon-Orient-Express es ingresar a una dimensión donde el tiempo parece estirarse. Los vagones originales —auténticas joyas de los años 20 y 30— conservan paneles de madera trabajados a mano, inlays art déco, lámparas de cristal y detalles que pertenecen a una época en la que viajar era un ritual, no un trámite. Al cruzar el pasillo estrecho, uno tiene la sensación de estar entrando en una película clásica.

La historia del tren comienza en 1883, cuando el primer Orient Express unió París con Estambul y se convirtió en símbolo de elegancia continental. Diplomáticos, espías, aristócratas y viajeros curiosos cruzaron Europa a bordo de esta línea que despertó miles de relatos, incluida la famosa novela de Agatha Christie. El Venice Simplon-Orient-Express actual recupera esos vagones históricos, los restaura con precisión casi museística y los devuelve a la vía como un hotel boutique sobre rieles.

Hoy, el tren recorre rutas que conectan ciudades icónicas como París, Venecia, Praga, Viena o Budapest. El día comienza con desayuno servido en el camarote, mientras el paisaje cambia lentamente tras la ventana. A la hora del almuerzo, vajilla de plata, manteles impecables y platos inspirados en la tradición europea marcan el ritmo. Por la noche, el código de vestimenta invita a rescatar el encanto de arreglarse para una cena: vestidos largos, trajes, pajaritas y ese gesto casi olvidado de bajar al vagón restaurante como si fuera un salón de época.

La travesía sobre los Alpes es uno de los momentos más recordados por los viajeros. Montañas, túneles, valles y pequeños pueblos se suceden mientras el tren avanza con la tranquilidad de quien no tiene prisa. Entre copa y copa en el bar con piano en vivo, se va creando una comunidad efímera de pasajeros que comparten historias, celebraciones y brindis improvisados.

Viajar en este tren no es simplemente trasladarse de una ciudad a otra: es habitar un escenario cinematográfico. Todo está curado para que el pasajero sienta que forma parte de una narración mayor: la del viejo continente visto desde sus vías más legendarias. Es un viaje para celebrar, contemplar, desconectar y volver a mirar el mundo con el asombro de quien vive lo extraordinario.

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Puedes conocer más sobre la historia del Orient Express en la entrada de Encyclopaedia Britannica .