Historia de Aventura Premium
Desde el origen el viaje comienza en los sentidos
He aquí la historia de Aventura Premium, una historia que quizás empezó mucho antes de dar el primer paso.
Tal vez fue una tarde cualquiera, mirando el cielo tornarse rosa detrás de una ventana. O quizás fue cuando un aroma a pan tostado me llevó a una cocina antigua que tal vez nunca existió, o al sentir un sabor que no sabía que extrañaba.
Siempre creí que el mundo se revela en los detalles:
en una sombra que cae,
un silencio que se alarga,
una palabra que no se dice.
Por eso no me interesan los destinos,
sino los momentos que me detienen.
La historia de Aventura Premium es también una forma de mirar
Una calle cualquiera al atardecer.
Un aroma que sacude y transporta sin aviso.
Un gesto fugaz que deja pensando durante días.
Hay viajes que no figuran en los mapas, porque nacen en los sentidos, en la emoción, en lo sutil.
Y quizás porque aprendí a mirar hacia adentro, a detenerme donde otros apresuran el paso, a escuchar incluso lo que no se dice.
La historia de Aventura Premium comienza con un anhelo profundo de descubrir el mundo con los sentidos, y así
volar por el planeta
y deleitarse en el proceso.
No te invito a recorrer el mundo
Te invito a sentirlo
Destino sensorial: salir de uno mismo para habitar el mundo
Y si, cansada de mi rutina, decidiera abrir la puerta y salir a buscar otra cosa…
¿Y si en vez de ir a Roma y mirar la Fontana de Trevi por enésima vez,
eligiera hacer algo distinto?
Algo que me pusiera en juego, completamente.
Vivir por un día como un artesano que trabaja mosaicos.
Entrar a una cocina con un chef local
y aprender a preparar esa pasta que tanto placer me da saborearla.
Ser una verdadera chef romana por unas horas.
Pasar una noche en Alberobello, en construcciones milenarias
pensadas para resistir el tiempo,
y sentir lo que los lugareños sintieron en su espacio.
Salir de mí, por unos días,
y experimentar lo que otros tan distintos a mí han vivido en su propia piel.
Me gustaría mirar otros cielos…
saber qué se siente al contemplar una aurora boreal.
Ver esas luces que bailan en el cielo helado.
Elevarme en un globo, flotar sobre paisajes ocres,
bajo atardeceres encendidos.
Probar un hammam en Marruecos:
el vapor, el silencio, las caricias sobre mi piel.
Y si pudiera, desde dentro de un tibio onsen,
contemplar el monte Fuji en Japón.
Caminar por sus bosques en silencio.
Dejarme atravesar por la vibración de una meditación sonora con cuencos.
Tal vez como yo, también lo desees.
Y si puedes ir más allá y realizarlo,
estoy segura de que podrías experimentar
sensaciones que nunca olvidarás.
🌍 I’m not inviting you to travel the world — I’m inviting you to feel it