Imagen conceptual para Charlas de Café sobre el relato personal: ¿Qué historia te estás contando?

¿Qué historia te estás contando?

¿Qué historia te estás contando? ¿Qué tipo de protagonista eres? ¿El que observa desde afuera o el que se atreve a entrar en escena? ¿El que se queda quieto o el que avanza, incluso con miedo?

Nuestra vida no tiene guion. No es una película que, en una hora y media, encaja perfectamente con música de fondo y un final que explica todo. En el cine, alguien escribió el argumento, otro armó las escenas y los actores las interpretaron. Todo tiene una lógica.

En la vida, en cambio, las cosas simplemente suceden. A veces de golpe, a veces en silencio, y mientras ocurren no entendemos muy bien por qué. No hay nadie detrás del telón explicando el propósito de cada capítulo.

Quizás por eso necesitamos hablar. O escribir. Porque cuando alguien nos pregunta y tratamos de explicar, algo dentro nuestro empieza a ordenarse. Y al intentar contárselo a otro, comenzamos también a contárnoslo a nosotros mismos. Las palabras hacen visible el mapa que antes estaba borroneado: ponen luz donde antes solo había sensación. La palabra ordena, revela, da sentido.

Y a veces, al relatarnos lo que nos pasó, nos sorprendemos. Descubrimos que nuestra historia es más interesante de lo que habíamos pensado, que hechos que parecían aislados y sin sentido, en realidad sí lo tienen. Y así, al narrarnos, nos explicamos nuestra propia vida y la entendemos bajo una nueva luz, con un nuevo orden, una historia que no conocíamos de nosotros mismos.

Pero la palabra no solo nos ayuda a comprender el pasado; también puede escribir el futuro. Porque no solo narramos lo que fuimos, sino que imaginamos lo que queremos ser. Y ese relato, esa manera de contarnos, empieza a trazar el camino.

Si me cuento que no puedo, mi historia se cierra. Si me cuento que sí puedo, algo dentro de mí empieza a abrirse paso. No es magia, es dirección. Las palabras no cambian los hechos, pero cambian cómo los vivimos y hacia dónde los llevamos.

Al final, somos los guionistas de nuestra propia película. No elegimos todas las escenas, pero sí podemos decidir qué sentido darles y qué tipo de protagonista queremos ser.

Así que, de nuevo: ¿Qué historia te estás contando? ¿Una que te encierra o una que te impulsa? ¿Una que repite el pasado o una que empieza a crear el futuro?

Tal vez vivir sea eso: escribir, con cada palabra, la versión de nosotros mismos que todavía está por aparecer.

info@aventurapremium.com
@avventurapremium

Viajes por el mundo, aventuras inolvidables

🔍 Sobre este sitio: Las experiencias aquí presentadas están cuidadosamente seleccionadas, redactadas de forma original y editadas con enfoque personal. Aventura Premium no organiza directamente estas actividades, sino que actúa como una plataforma de inspiración y selección de propuestas culturales y sensoriales ofrecidas por terceros.

🌍 Conoce más sobre el proyecto →